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La Trapa venezolana
Desde hace algunos años, Venezuela cuenta con dos monasterios trapenses: uno de monjas y otro de monjes. La vida cisterciense-trapense en tierras venezolanas ha enraizado y sigue atrayendo a jóvenes generosos que quieren vivir su ideal cristiano en la vida monástica.
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Grupo de monjes fundadores del Monasterio Nuestra Señora de Los Andes (1987)
A finales de los años 80, procedentes de la Abadía norteamericana del Espíritu Santo, llegan a Venezuela siete monjes para darle vida a la fundación de un monasterio trapense masculino. Ya en tierras venezolanas, en Humocaro Alto del estado Lara, estaban las hermanas trapenses y la llegada de los monjes coronaba la implantación del carisma cisterciense en estas latitudes.
El lugar inicial elegido para la fundación fue en la Aldea San Luis, cercana a La Azulita, perteneciente al estado Mérida. Este emplazamiento fue sustituido diez años más tarde por el actual, en la vía que conduce a los Pueblos del Sur merideño, a doce kilómetros de Estanques y cercano al poblado de El Hato. En este lugar, desde hace poco más de veinte años, los trapenses oran, trabajan y contemplan, en medio de un entorno natural exuberante y propicio para la vida monástica de soledad y recogimiento. El patrocinio de la Madre de Dios, en la advocación de Nuestra Señora de Los Andes, es el apoyo de esta comunidad orante y pujante.