La vida como recompensa

28.06.2020

Segundo Libro de los Reyes 4, 8-11. 14-16.
Sal 88.
Romanos 6, 3-4. 8-11.
Mateo 10, 37-42.

La recompensa del profeta es la vida nueva, es lo que la mujer de Sunam experimenta, su generosidad para con un profeta y su predilección por él no pasa desapercibida a Dios, y tampoco al profeta desde luego.

La mujer con su acción refleja la voluntad de Dios y la pone en práctica; el reconocimiento del don de Dios que se le ha hecho manifiesto con la presencia del profeta, y a la que ella ha respondido con la acogida, la abre a una vida nueva: la de su descendencia.

En el evangelio el Señor recoge los temas de la acogida de la recompensa del profeta y añade algo más: dejarlo todo como expresión del amor supremo a él. Esto nos introduce en el ámbito de una vida nueva trascendente, identificándonos con la muerte y resurrección del Señor.

Esto lo resalta San Pablo relacionándolo con el bautismo como sacramento que nos sumerge en Cristo de manera que estemos muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo Jesús.

¿Qué significa esto en la vida diaria? Esta vida se transforma en términos de la generosidad y la devoción, es una manera diferente de ver la vida y de relacionarse en ella. Supone desprendimiento, entrega, voluntad de ayudar, supone vivir para Dios, y eso siempre implica sacrificio, sacrificios que el evangelio indica.

Tomar la cruz significa hacer lo que quizás de otra manera no haríamos, pero que hacemos porque entendemos que Dios nos lo pide, que el amor de Dios nos mueve a hacerlo, y en eso descubrimos una felicidad que el mundo no conoce.

Nuestra entrega personal al Señor es un vaso de agua fresca que servimos a los demás, pero también a nosotros mismos. El vaso de agua fresca que el Señor nos da es, en sentido figurativo, el bautismo, es el sumergirnos en él, la vida nueva con él y en él. Pero esta realidad también se nos da en la eucaristía al compartir su cuerpo y su sangre en la comunidad que ha congregado. Aceptemos este don, acojámoslo y aunque es exigente nos introduce en la felicidad eterna.

P. Plácido Álvarez. 

¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar