Jesús, los demonios y la gente

30.06.2020

Evangelio según San Mateo 8,28-34.

Cuando Jesús llegó a la otra orilla, a la región de los gadarenos, fueron a su encuentro dos endemoniados que salían de los sepulcros. Eran tan feroces, que nadie podía pasar por ese camino. Y comenzaron a gritar: "¿Qué quieres de nosotros, Hijo de Dios? ¿Has venido aquí para atormentarnos antes de tiempo?" A cierta distancia había una gran piara de cerdos paciendo. Los demonios suplicaron a Jesús: "Si vas a expulsarnos, envíanos a esa piara". Él les dijo: "Vayan". Ellos salieron y entraron en los cerdos: estos se precipitaron al mar desde lo alto del acantilado, y se ahogaron. Los cuidadores huyeron y fueron a la ciudad para llevar la noticia de todo lo que había sucedido con los endemoniados. Toda la ciudad salió al encuentro de Jesús y, al verlo, le rogaron que se fuera de su territorio

Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.


Meditación:

Jesús está en tierra de paganos, los judíos no criaban cerdos porque les estaba prohibido comerlos. Allí se enfrenta con los demonios que, dentro o fuera de Israel, tratan de obstaculizar su misión, pero lo reconocen y saben que no se le pueden resistir, por eso le piden ir a los animales impuros. La pérdida de estos animales significa un daño económico importante para la gente del lugar entonces no es raro que le pidan a Jesús que se retire, si no lo atacan es probablemente porque le tienen miedo.

Hay dos elementos importantes en el incidente: el que los demonios lo reconocen y la reacción no sólo de los demonios sino también de la gente. Los espíritus malignos que atormentan el mundo ven sus posibilidades reducidas, no pueden esconderse de él, no pueden atemorizarlo ni podrán seguir atormentando a los posesos; se trata de una forma concreta del proceso de liberación que el Señor viene a realizar y que continuará realizándose a través de los siglos. Por otra parte, la gente sin fe no puede aceptar el bien mayor, ni lo reconoce, se priva a sí misma de la liberación posible, también por la falta de solidaridad para con los posesos.

Tanto dentro como fuera de las fronteras de Israel habrá gente que no reconoce al Señor ni agradece lo que realiza porque se mantiene dentro de los esquemas e intereses que han tenido hasta el momento. No buscan algo más por eso tampoco recibirán, es una voiz de alerta para cada uno de nosotros.

P. Plácido Álvarez.   

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