El Espíritu del Mesías

17.07.2020

Evangelio según San Mateo 12,14-21.

En seguida los fariseos salieron y se confabularon para buscar la forma de acabar con él.

Al enterarse de esto, Jesús se alejó de allí. Muchos lo siguieron, y los curó a todos. Pero él les ordenó severamente que no lo dieran a conocer, para que se cumpliera lo anunciado por el profeta Isaías: Este es mi servidor, a quien elegí, mi muy querido, en quien tengo puesta mi predilección. Derramaré mi Espíritu sobre él y anunciará la justicia a las naciones. No discutirá ni gritará, y nadie oirá su voz en las plazas. No quebrará la caña doblada y no apagará la mecha humeante, hasta que haga triunfar la justicia; y las naciones pondrán la esperanza en su Nombre.

Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.

Meditación:

Jesús acababa de sanar a varias personas en el sábado y los fariseos reaccionan determinando acabar con él. San Mateo interpreta los eventos de la vida de Jesús en términos del cumplimiento de las promesas de Dios, en este caso cita al profeta Isaías. El profeta ha anunciado la centralidad del Mesías y su relación con Dios, y aquí se enfatiza la misericordia que es fuente de justicia y de esperanza, algo muy por encima de las normas restrictivas de la Ley según la interpretación farisea. El fariseísmo en el sentido que se manifiesta aquí es una tentación perenne y nuestro llamado es a cultivar la visión de Jesús.

P. Plácido Álvarez.   

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