Desprendimiento y encuentro

12.07.2020

Evangelio según San Mateo 10,34-42.11,1.

Jesús dijo a sus apóstoles: "No piensen que he venido a traer la paz sobre la tierra. No vine a traer la paz, sino la espada. Porque he venido a enfrentar al hijo con su padre, a la hija con su madre y a la nuera con su suegra; y así, el hombre tendrá como enemigos a los de su propia casa.

El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; y el que ama a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí. El que no toma su cruz y me sigue, no es digno de mí. El que encuentre su vida, la perderá; y el que pierda su vida por mí, la encontrará.

El que los recibe a ustedes, me recibe a mí; y el que me recibe, recibe a aquel que me envió. El que recibe a un profeta por ser profeta, tendrá la recompensa de un profeta; y el que recibe a un justo por ser justo, tendrá la recompensa de un justo. Les aseguro que cualquiera que dé de beber, aunque sólo sea un vaso de agua fresca, a uno de estos pequeños por ser mi discípulo, no quedará sin recompensa". Cuando Jesús terminó de dar estas instrucciones a sus doce discípulos, partió de allí, para enseñar y predicar en las ciudades de la región.

Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.


Meditación:

Jesús plantea dos tipos de situaciones que surgen en su seguimiento. La primera es la necesidad de un desprendimiento radical, nada puede anteponerse a él, ni la familia que es tan sagrada, él lo es más. Esto supone asumir la cruz aun a costa de la propia vida. La segunda es la acogida que deben recibir, hay una renuncia pero también un encuentro con Cristo mismo en su misión cuando son bien recibidos.

P. Plácido Álvarez.   

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